He estado de puente, sí, pero afortunadamente en esta ocasión el desplazamiento no era en avión. Seguí un poco el conflicto por las noticias.
Me parece absolutamente lícito que cualquier trabajador reivindique derechos laborales cuando se ve privado de ellos, y puedo llegar a entender cualquier forma de hacerlo siempre que se haga dentro de los límites de la legalidad, y siempre que para ello no se prive a otros de sus derechos.
Cuando he regresado, y he tenido un rato, por curiosidad me le leído el famoso Real Decreto 13/2010 del pasado 3 de diciembre, y ello me ha llevado a documentarme un poco mas sobre el ejercicio de funciones de AENA y las condiciones laborales de los controladores civiles del tráfico aéreo, dando un vistazo al I Convenio entre el ente público y el colectivo de controladores suscrito en 1.999, a la Ley 9/2010 de 14 de Abril y al Real Decreto 1001/2010 de 5 de Agosto.
Realmente este colectivo ha estado gozando de una situación muy privilegiada desde hace diez años, no solo a nivel económico (que lo es, y mucho), sino en otros muchos aspectos, como la capacidad organizativa de su propios turnos de trabajo…etc.
El elevadísimo coste de estos empleados, hace que la tarifa nacional que se cobra a las compañías aéreas sea la mas cara de Europa y el coste por hora de controlador aéreo el mas caro del continente, teniendo cada uno de ellos una productividad mas baja de la media europea; y todo es debido a que por una serie de pactos, se les pagan como extraordinarias un montante de horas que realmente forman parte de la jornada habitual, y cuyo valor es de 2,65 veces el de la hora ordinaria.
Siendo esta situación económicamente insostenible, se viene intentando modificar el convenio, adaptando las condiciones al resto de Europa, desde 2005 en que éste perdió su vigencia, pero no se ha conseguido acuerdo con los sindicatos y por tanto se ha tenido que ir prorrogando el mismo hasta la ruptura, por manifiesta imposibilidad, de la vía negociadora.
He leído también algunos blogs de controladores y algunas opiniones que aprueban y justifican la postura de éstos.
No puedo entenderles; la situación se les ha ido de las manos, y ahora culpan al gobierno, a AENA, a los jueces y hasta a los ciudadanos por quejarse.
Es inadmisible su forma de “reivindicar”. Es todo un abuso, pisoteando el derecho de cientos de miles de ciudadanos y lo que es mas grave todavía, si cabe, causando un enorme perjuicio económico al sector turístico y al país en plena crisis.
Han utilizado hasta el extremo su posición privilegiada. Demasiado grave para que quede impune.
Con su gran osadía se la han jugado, han perdido y lo van a pagar caro.
Lo más curioso es que se presentan como víctimas del más que justificado palo
que han recibido por parte del gobierno, de las críticas de la opinión pública (de la que alguno dice que es “borrega y estúpida”), y de los medios de comunicación (de los que dicen que están comprados).
La avaricia rompe el saco
¿No se les ocurre buscar culpables entre ellos mismos y en su propio sindicato?
